Ingrid Santaella de 47 años, un ejemplo para la comunidad hispana residenciada en Utah, llegó hace 21 años a esa ciudad con el sueño americano. De sacar adelante a sus hijos

Procedente de San Cristóbal, Venezuela, donde era comerciante y su gran tesoro era que tenía las recetas de su abuela, muy renombrada por sus pastelitos y empanadas. En su anhelo de un futuro mejor para sus hijos Daniela, Savid y Alexandra la condujeron desde limpiar habitaciones en un hotel hasta lograr ser la propietaria de una cadena de restaurantes de comida latina. “Yo llegue sola y después fui trayendo a mis hijos, cuando traje a la pequeña desafortunadamente me divorcie y me quede solo con mis tres muchachos y allí empecé a cocinar”. Amistades de Ingrid le decían que acudiera al secreto familiar, la receta de su abuela, para lograr el éxito que tuvieron en Venezuela, ahora al norte del continente. “Debía hacer algo para ganar dinero y no salir demasiado de casa”, fue cuando inicie a cocinar los fines de semana y de lunes a viernes hacía otras cosas. En el 2013, perdió su empleo y entonces buscó ayuda, con el apoyo familiar encontró un pequeño local ideal para su plan: Tener su propio restaurante.
Así nació Sabor Latino, que es una fusión de culturas, ya que cuenta con sus recetas venezolanas, y aportes de platos colombianos por parte de su familia.
En la actualidad, Ingrid ofrece empleo a más de 15 personas en sus dos restaurantes, mi socia es la mayor de mis hijos, trabajan con nosotros, mi hermana, mis tías, mis primos, y mis hijos me ayudan los fines sábados y domingos.
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