El acceso fronterizo de Larsi está saturado de vehículos, con personas que intentan pasar de Rusia a Georgia. En gran parte son hombres que huyen del reclutamiento decretado por el Presidente Putin. Ya que no quieren contribuir en una guerra que no comparten.
Miles de reservistas se alistan estos días en el movimiento parcial que comunico Putin a principios de semana. Algunos por ejemplo, arribaron en autobús al centro de control de Vladivostok. Los recién llegados deben someterse a una prueba completa de salud antes de iniciar el entrenamiento de combate.
Luego del anuncio, miles de manifestantes tomaron las calles para protestar en distintas ciudades rusas y más de 1.300 terminaron detenidos.
Aparte de los reservistas citados también fueron llamados individuos que no están en la reserva y jamás prestaron servicio militar, conforme lo han denunciado abogados de derechos humanos y afectados.
Es por ello que se han producido largas filas entre la frontera de Rusia y Georgia. Que han alcanzado hasta 10 kilómetros de acuerdo al servicio ruso de mapas en línea, Yandex Maps. Se sabe además que, Putin ha firmado una ley que aumenta las penas por rendirse o negarse al combatir. El Kremlin ha considerado la reacción como "histérica".
"Temor, toda las personas que conozco tienen miedo. La mayoría de las personas no sabe qué hacer, muchos de ellos no pueden salir. Más del 60% de la población no tiene pasaporte", destaca uno de los que sale por la frontera hacia Georgia.
Una ejemplo de esto es que los billetes de avión para el extranjero, hacia destinos donde no se les exige visado a los rusos, se agotaron y su precio han llegado a montos astronómicos.
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